Las pistas están frente a nuestros ojos. Solo hay que aprender a observar para interpretarlas. Este es el juego que se plantea desde los senderos que rodean los yacimientos de la sierra de Atapuerca. Seguir estos caminos que hace un millón de años cruzaba Homo antecessor o Miguelón permitirán hacerse una composición de lugar de qué son los Yacimientos de Atapuerca y en qué consisten y de donde proceden esas piezas que se exponen en el Museo de la Evolución. «Este proyecto, que arrancó hace 25 años, pretende hacer de este espacio un lugar que integre el ámbito cultural, ecológico y evolutivo de la sierra», explicó el codirector de las excavaciones, Eudald Carbonell.

El trayecto que complementa el sendero botánico sobre la flora y fauna de la sierra y la visita espeleológica a Cueva Peluda permite contar con un espacio de reflexión, tres mesas interpretativas, cinco atriles y balizas tanto de dirección como explicativas de algunas especies de árboles y plantas de interés. Un grosellero que surge entre las grietas de una pequeña cantera del valle de la propiedad recibirá visitas frecuentes al que se ha dado en llamar Espacio de reflexión. Con una estructura metálica y espacio para sentarse contará con un panel que ayuda a reflexionar sobre «de dónde venimos, cuál ha sido nuestra trayectoria y pensar hacia dónde vamos». Es una de las tres mesas y cinco atriles que se han colocado en el que ya es un tramo de 1.500 metros. Aún falta otro tanto con miradores que dan una perspectiva de toda la sierra. La misma que podrían observar nuestros antepasados para buscar alimento o divisar peligros.

El objetivo es que esta parte final del sendero, que volverá al punto de inicio que es el aparcamiento de acceso a los yacimientos, esté lista para 2020. Uno de los miradores se ubicará sobre la estructura que se está colocando en Cueva Fantasma. La otra en la Cueva del Silo que será la continuidad de este sendero que finalizará en el antiguo quejigo que ya es mundialmente conocido porque junto a él Mauricio Antón recreó a los homínidos enterrados en la Sima de los Huesos. «Será una demostración de ecología social probablemente única en el mundo que completará tres kilómetros de recorrido saludable», explicó Eudald.

En el itinerario que ya está abierto discurre por el sendero de las Rozas. Un viejo camino de canteros del que se tiene constancia desde el siglo XI y que aún mantiene su vieja estructura. «Apenas hemos tenido que arreglar pequeñas zonas, y un desbroce selectivo», señala el responsable del Aula de Medio Ambiente de Caja de Burgos, Miguel Ángel Pinto. Esta zona «comunicaba todas las entradas de cuevas conocidas y, se indicará en este trazado qué yacimiento está por debajo y a cuantos metros para que el visitante pueda hacerse una composición de lugar de lo que es el complejo de yacimientos», señalaba otra de las coordinadoras del proyecto, Ana Isabel Ortega. Una forma de acercarse a «ese valle que no vemos pero sobre el que tenemos tanta información sobre la ocupación humana».

Entre los paneles destaca el referido al complejo de Galería de las Estatuas, donde el año pasado se encontró un pequeño falange neandertal, y cuya entrada está muy próxima a este sendero. También se pasea sobre Galería Baja, Galería del Silo o el Salón del Coro. Estos yacimientos van acompañados de imágenes del interior así como una leyenda con información sobre hallazgos que les han hecho conocidos. También hay una referencia a una imagen realizada por Isidro Gil en 1868 y la publicación del libro ‘Cueva llamada de Atapuerca’, la primera publicación científica sobre la sierra de la que se cumplen 150 años.

Este complejo surge de la colaboración entre la Fundación Atapuerca, la Fundación Caja Burgos y Caixabank. Un proyecto que ayer sus principales responsables, Rafael Barbero y Mark Benhamou, pudieron disfrutar con la guía de los responsables además de los codirectores Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro. Una visita que finalizó frente al gran quejigo de 400 años que en la recreación de Mauricio Antón daba sombra a Miguelón y su tribu y ayer a quienes han hecho posible que los visitantes puedan recorrer estos caminos del pasado de forma libre y gratuita. Aunque quien quiera conocer un poco más de este entorno podrán participar en visitas guiadas en sábados alternos ( primero y tercero Atapuerca Natural y segundo y cuarto Atapuerca Espeleo) a partir de las 11.30. Ambas visitas tienen una duración de 2,30 minutos y un coste de 12 y 18 euros respectivamente.

 

 

 

 

Fuente: http://www.elcorreodeburgos.com/noticias/burgos/tres-kilometros-sendero-pistas-atapuerca_174565.html

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